El amor hacia su hermano, la salvó

Durante años, Adriana le escribió cartas a su hermano desaparecido en la última dictadura. Lo hacía hacia una persona que no sabía si estaba viva, pero algo dentro de ella si lo estaba. Quizás era la esperanza o el deseo de poder abrazar a su hermano durante muchas horas para poder recuperar de alguna forma, todos esos años perdidos. No sabía si iba a encontrarlo, pero lo buscaba igual.  Lo buscaba desde la infancia cuando escuchaba a sus abuelos hablar de esta historia, lo buscaba en los cumpleaños, lo buscaba en las fotos que no estaban. Lo buscaba con sus ojos en la calle, imaginando que cualquier persona que pasara, podría llegar a ser él. 

Lo busco, y sobre todo con palabras. Fue así que hace 16 años decidió abrir un blog. No sabía si él iba a leerlo. Pero sentía que si había una mínima posibilidad de que él existiera y de que él estuviera vivo, tenía que dejarle algo. Le contaba de su historia, de la familia que había formado, de sus abuelos y hasta de sus padres, quienes habían sido secuestrados por las fuerzas militares un 16 de diciembre de 1976. 

Ayer, esa historia y esa tristeza encontraron alivio. El hermano de Adriana, fue encontrado. Es el nieto número 140 restituido por Abuelas y Madres de Plaza de Mayo. Él tiene 47 años. Hace poco empezó a sospechar que algo no cerraba en su historia, y tras un análisis de ADN descubrió su verdadera identidad. 

Adriana, recibió la noticia con mucha ilusión. Lloro por todo lo que vendrá pero también, por todo lo que no fue. Por los 47 años sin abrazos, sin juegos y sin complicidad. Por las preguntas sin respuesta. Por haberlo buscado, incluso cuando se desvanecía esa ilusión con el paso del tiempo. 

Hoy, tendrán que reconstruir. Con tiempo, con respeto, con amor. Habrá silencios y habrá charlas. Pero ya no habrá vacíos. Adriana ya no escribe al aire. Y su hermano, el que durante tanto tiempo fue solo una intuición, hoy tiene un nombre, una historia, y una hermana que la espero toda la vida.